27 dic 2010

El salto de la novia


Muchas veces hablando con la gente comentan las ganas que tienen de salir de España y ver mundo, conocer otros lugares ya que aquí (España) ya esta todo visto. Lógicamente como esta todo visto empiezo a comentar lugares donde yo estado y la gente no es que no lo conozca, es que ni les suena los nombres. Yo soy de los que prefiero primero conocer su tierra y luego la de los demás.

Uno de los parajes cerca de valencia y poco conocidos es el salto de la novia en Navajas, un salto de agua de aproximadamente 35 metros de altura donde en verano se puede pasar un buen día refrescándose en su rió y en invierno paseando por los senderos que han habilitado para poder hacer senderismo.
Amanece el domingo a las 8.00 de la mañana la idea era coger la moto y irme a alas pistas de Valdelinares para despedir el año con un ultima ruta, pero no tenia ganas de pegarme ese palizón además hace dos semanas estuve allí, así que me reservo para año nuevo. Me viene a la mente Navajas ya que hace mucho tiempo que no pasaba por allí. Cojo mi moto, todo el equipo de invierno y marcha.

La ruta hasta allí es aburrida, ya sabéis que a mi personalmente las autovia no me apasionan pero claro ya salgo tarde como para entretenerme buscando caminos, en un hora me planto en Navajas, para llegar al salto no hay ningún problema ya que esta todo bien indicado. Mientras bajo la cuesta poco a poco con la moto veo que hay hielo a los lados, aquí hay que estar atento no sea que tengamos un disgusto.

Y por fin estamos en el paraje, y cual es mi sorpresa que no pasamos los 0 grados y esta todo helado obteniendo así un paisaje que pocas veces se puede ver y lógicamente en verano es imposible. No salgo de mi asombro ya que no esperaba encontrármelo así disfruto de unos minutos sentado en un piedra mirando como cae el agua desde arriba y el ambiente fresco que hay en la zona.


Pasa un rato y me toca volver arrancar la moto, me vuelo a equipar con toda la ropa térmica, guantes, soto guante, soto casco… salir a 0 grados ya pica a la hora de conducir y toda protección es poca, así que ya que tengo todo el equipo mejor gastarlo. Mientras salgo del pueblo decido no coger la autovia y bajar por carreteras perdidas lo que me lleva a la parte oeste de Segorbe y su muralla la cual no conocía, me voy por el casco antiguo de Segorbe recorriendo calles que no tienen mas de  2 metros de ancho y se respira un olor a leña característico del invierno.


Seguimos la ruta y ya poco queda para casa, hoy he tenido de todo, curvas, montaña, hielo y algo de playa ya que siempre me gusta volver por la carretera de la Malvarrosa. Se acaba la mañana y así la ultima ruta del año, el año que viene mas y mejor.


Salud, saludos y kilómetros!

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