30 may 2014

Día 9.1 – Saludando al Grand Canyon

Llegamos al Grand Canyon a medio día, nuestro plan es ir directamente al parking y coger la ruta roja que nos deja en el extremo oeste para luego volver caminando por la ruta roja hacia el centro de visitantes y asi ver los paisajes que nos ofrece este paraje y además el anochecer que nos han comentado que es una pasada.



Llegamos al parque, antes que nada vamos hacer check inn en el hotel y así descargar las maletas y comer algo rápido, nos vamso al parque, presentamos nuestro anual pass y para a dentro, dejamos el coche y después de visitar el centro de visitantes tomas la ruta que queríamos. Un autobús gratuito (se incluye en la entrada) nos lleva hacia el punto de inicio de nuestra ruta. Falta un par de horas para anochecer asi que perfecto para hacer los 12 kilómetros que tenemos hasta el punto donde queremos sentarnos para contemplar la puesta de sol.


No hay palabras para describir el grand canyon, grande, impresionante, magnifico etc. creo que podría haber hecho 3000 fotos y ninguna podría representar al majestuosidad y la grandeza de este paraje. Seguimos nuestra ruta muy bien indicada y nos vamos topando con infinidad de ardillas por el camino y es que están acostumbradas a los visitantes que en ocasiones eres tu quien las tiene que esquivar, en este momento nos ocurre una de las anécdotas que siempre contamos cuando relatamos nuestro día en el grand canyon, íbamos caminando tranquilamente, la ruta es un sendero bastante cómodo con algunos sube y bajas, siempre a la izquierda el grand canyon y a la derecha algo de matorrales y la carretera que conecta las líneas de autobús, en un momento pasamos caminando y escuchamos dos golpes y vemos como a nuestra derecha se levanta un Elk (como un ciervo pero más grande) y se nos queda mirando fijamente, nos quedamos los dos parados y boquiabiertos… imaginaos la situación a menos de 2 metros un bicho así de grande! Después como si nada siguió caminando y no nos hizo ni caso.


Llegamos al punto donde queremos ver el anochecer comentando una y otra vez la anécdota y la cara de susto que se nos queda a los dos después de cruzarnos con el Elk, esta anécdota nos acompañara muchos años ya!


Y aquí es uno de los momentos que mas me marcan del viaje, después de una buena caminata nos sentamos Sandra y yo al borde de un acantilado a esperar que el sol se vaya, y mientras la temperatura baja y nos quedamos helados vemos como los colores rojizos del grand canyon destacan más aun y es que el atardecer es precioso en este sitio.


Una vez de noche cogemos el coche hacia la zona de los hoteles y nos dirigimos a un restaurante donde comimos un costillar espectacular! Y además estuvimos compartiendo cultura América con la camarera que fue un encanto de mujer y nos explico el porqué de las propinas allí en EEUU y cómo funcionaba, fue el trato tan bueno que decidimos dar más de lo recomendado.


Llegamos al hotel desechos y en el momento que tocamos cama, caemos rendidos, al día siguiente nos toca levantarnos a las 4.30 para ver amanecer.


Saludos!

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